En el mundo de la construcción, elegir el tipo de hormigón adecuado es esencial para garantizar la resistencia, durabilidad y funcionalidad de una estructura y la seguridad y eficiencia del proyecto. 

Existen diversas clases de hormigón que se adaptan a distintos requerimientos técnicos y estructurales. Desde Strata Hormigones y Pavimentos, te detallamos algunas de las clases de hormigón para estructuras más utilizadas.

Hormigón de Alta Resistencia

El hormigón de alta resistencia se caracteriza por soportar cargas muy elevadas, siendo ideal para construcciones que demandan un alto rendimiento estructural, como puentes, edificios altos y estructuras sometidas a grandes esfuerzos. Este tipo de hormigón ofrece una resistencia a la compresión superior a la del hormigón convencional, además de una notable durabilidad frente a ambientes agresivos.

Hormigón Aligerado

Por otro lado, el hormigón aligerado se utiliza principalmente cuando es necesario reducir el peso de la estructura sin sacrificar estabilidad. Gracias a la incorporación de agregados livianos, este tipo de hormigón no solo disminuye la carga total sobre la edificación, sino que también proporciona buenas propiedades de aislamiento térmico y acústico, siendo muy útil en elementos prefabricados, cubiertas y divisiones internas.

Hormigón Autocompactante

El hormigón autocompactante representa una solución innovadora en obras donde la geometría compleja o el denso armado dificultan la compactación tradicional. Su capacidad para fluir y llenarse por completo en los encofrados sin necesidad de vibración mecánica mejora la calidad del acabado superficial y reduce los tiempos de ejecución, además de disminuir el ruido en obra y optimizar la colocación.

Hormigón Impermeable

Finalmente, el hormigón impermeable es indispensable en estructuras expuestas a la humedad o en contacto constante con el agua, como túneles, sótanos, depósitos, piscinas o cimentaciones en terrenos con alto nivel freático. Su composición incluye aditivos especiales que reducen la porosidad y evitan filtraciones, asegurando la estanqueidad y prolongando la vida útil de la estructura.

Cada uno de estos tipos de hormigón cumple funciones específicas y aporta soluciones concretas a los retos constructivos actuales. Elegir la clase adecuada según las condiciones del proyecto no solo mejora el desempeño técnico de la obra, sino que también contribuye a su sostenibilidad y eficiencia a largo plazo.

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